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lunes, 14 de septiembre de 2009

NO ES COSA DE DOS

El Valencia insinuó que esta Liga no es cosas de dos. Su contundente victoria en un campo difícil como el José Zorrilla, aderezada de grandes dosis de buen juego, son un aviso para futuras quinielas.

El Valencia pasó como un ciclón por Pucela y cargó de razones a quienes le sitúan como un candidato a la Liga con un fútbol de alta escuela. Silva, Villa (en dos ocasiones) y Mata sentenciaron a un Valladolid que no perdió la cara al partido y que lo intentó hasta quedarse sin aliento. Cuidado porque este Valencia tiene muy buena pinta.

Atrás queda ese Valencia dubitativo, espeso en ataque y con muchos desajustes defensivos. La pareja Dealbert-Alexis crece con el paso de los minutos, Banega es un jugador nuevo y el cuarteto de arriba es de campanillas, aunque no suene tanto como otros.

El cuarteto de arriba del Valencia es de campanillas, aunque no suene tanto como otros
La primera conexión surgió entre Silva y Mata. No hizo falta más. Silva conduce, Mata centra y el canario finaliza de cabeza. Fue el anticipo de lo que le esperaba al Valladolid de Mendilibar: electricidad y rapidez en la ejecución. Tan sencillo como eficaz.

Y eso que los pucelanos arrancaron con fuerza, aprovechando las dimensiones del campo para efectuar una agobiante presión. Pero fue aparecer Silva e iniciarse el monólogo ché. En el primer destello de Villa, balón al larguero.

Un empate anecdóticoCosas del fútbol, el Valladolid empató cuando pasaba por su peor momento del partido. Un disparo envenenado de Canobbio no fue atajado por Moyá y el error en el despeje del meta lo aprovechó Nauzet para nivelar el encuentro.

El primer tanto de Villa pudo ser fuera de juego de Pablo y la mano por la que le anularon después otro gol fue, cuanto menos, dudosa

Poco le duraría la alegría a los de Mendilibar. Aprovechando que Marcos estaba renqueante (acababa de pedir el cambio), los valencianos mandaron un balón a Pablo Hernández (en posición dudosa), que sólo tuvo que cambiar de ritmo para dejar atrás al veterano lateral y centrar a placer. En el primer palo apareció Villa, que se desquitó del fallo anterior. El 'Guaje' volvió a marcar pero Undiano anuló el tanto por una posible mano.

Se repetía la escena y Sesma estaba a punto de castigar el perdón ché, pero esta vez Moyá realizó una intervención de mérito. En la siguiente jugada, Mata finalizaba una contra y sentenciaba justo antes del descanso.

Manucho encuentra el premioLa segunda mitad fue otro festival de fútbol ofensivo en el que el Valencia golpeó primero, castigando un nuevo error en la salida del Valladolid. Otra vez Villa definía como lo que es, el '7' de España. Mendilibar, por cierto, había cambiado la cara de su equipo con la entrada de Manucho y el cambio de esquema.

Precisamente el angoleño premió la voluntad y la fe pucelana al culminar una jugada de categoría. Era la justa recompensa para un Valladolid que no mereció tanto castigo, a pesar del recital valenciano.

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